Uno de los niños que aparecía en el mural de la calle Antón de Jaén y que pintó Miguel Ángel Belinchón, más conocido como Belin, ya no podrá seguir denunciando el consumismo que tiene su punto más álgido en la campaña de Navidad. Su autor trasmitió este mensaje en estas fiestas en el año 2007 y desde hace unos días parte de él se ha destruido. Un agujero para descubrir una puerta por la que se accede a un solar ha terminado con una de las muchas obras con las que el linarense conocido internacionalmente ha obsequiado a su ciudad.
«Me puse muy triste y rabioso a la vez al ver cómo otra de mis creaciones que yo regalé a Linares se iba. Es una lástima ver cómo lo que haces con el corazón puede desaparecer en minutos. Yo siempre he tenido claro que algún día desaparecería pero sufrir, se sufre», confiesa Belin que, por motivos laborales, se encuentra estos días en Méjico.
Resulta paradógico pero las personas que ahora adquieran el rutero ‘Belin Graffiti Tour’ que el Ayuntamiento de Linares editó para dar a conocer la obra de Belinchón, no van a apreciar en todo su esplendor esta obra. «Fue Daniel Campos (por aquel entonces concejal de Juventud) el que apoyó mi idea, así que diseñé un mapa con murales y se lo enseñé a Daniel y le gustó y así lo editó el Ayuntamiento de Linares», apunta Belin.
De hecho, en la misma vía hace unos años también desapareció otra de sus obras ya que un comercio de nueva apertura pintó las columnas donde se ubicaba de otro color, solapando los diseños de Belinchón. Es un ejemplo de otros que, por desgracia, corrieron la misma suerte.
El futuro es incierto también para que el artista volvió a regalar a su ciudad natal en la calle Carnecería. Las obras para la nueva vía que conectará la Plaza del Ayuntamiento con la calle Pontón también lo hacen peligrar. «¡Quién sabe lo que pasará con él! Recibo muchos mensajes y algunos son muy productivos porque piensan en crear plataformas para proteger el arte urbano en Linares e, incluso, algunos quieren desmontarlo y guardarlo para buscar otra ubicación, pero nada por parte de las autoridades locales», señaló Belin.
De hecho, su trabajo es muy reconocido, tal y como se refleja en un ensayo sobre la Conservación del Arte Contemporáneo del Museo Nacional del Centro del Arte Reina Sofía. «Cada vez es más frecuente que reciba encargos fuera de España, cuenta con un gran reconocimiento en países como Estados Unidos, México, Inglaterra, Holanda, Israel, entre otros, alternando trabajos para instituciones públicas y firmas privadas», según reza el ensayo, que realiza un extenso recorrido por todos los murales que ha pintado Belin en Linares.
El arte en Linares, para el artista, importa poco. «He tenido la suerte de viajar y conocer ciudades con una cultura espectacular y con un respeto por el arte que jamás habría imaginado pero si no sales de Linares para constatar, pues algunos pueden creer que Linares está bien culturalmente, pero no es así. Estamos a años luz de nuesta vecina Úbeda. Imagina lo que le puede importar el arte a Macarena cuando ella jamás ha visto una exposición mía, ni un solo cuadro y, sin embargo, mi trabajo está repartido por medio mundo», concluye Belin.
Redacción: Jéssica Soto (Ideal).
Fotografía: Enrique.
