Sobre Lolo y sus libros – Surtidor del alma
Rosa. A su árbol vestido
se asemeja tu alma pura.
Eres aroma encendido
que inciensa mi vida oscura.
Soy la cruz de tu rosario,
letanía eres para mí.
Dolorosa en mi calvario.
Yo he visto la rosa en ti.
Rosas blancas
Surtidor del alma
El poema que hemos traído es el que dedica Lolo a su hermana Lucy que, como es bien conocido por todos, fue sus manos, sus ojos y muchas más cosas. Y se encuentra dentro del libro de título ”Surtidor del alma” que editaron los, entonces, “Amigos de Lolo” (hoy Fundación Lolo) en 1997.
Surtidor del alma, aunque lleve el subtítulo de “Poemas” abarca más que los poemas. Es decir, que tiene, sí, poesías escritas por el ahora Beato de Linares pero también tiene prosa poética. Y, en cuanto a los poemas tiene un especial apartado, el primero, dedicado a recopilar poemas inéditos hasta entonces lo cual, enriquece el libro en más que mucho. Viene, además, acompañado por un, a modo, de Prólogo escrito por Guillermo Sena Medina, a la sazón escritor y que dio en llamar “La poesía del Siervo de Dios Manuel Lozano Garrido”.
Sobre su vocación a la poesía, escribe Lolo en “Las golondrinas nunca saben la hora” (p. 27):
“Así, por ejemplo, cuando termino de leer el periódico, miro de frente y en los edificios de los antiguos Escolapios y el Instituto, donde yo estudié, como también el Hospital, con el romántico y desmañado Paseo, que llamaban ‘de los tristes’, aunque para mí nunca lo fuera, donde leímos a Espronceda y pergeñamos el primer verso’.
Así, vemos que Lolo era consciente de que también era poeta aunque, por decirlo así, nunca en vida publicara libro alguno de poesía, es bien cierto que la misma consta en este Surtidor del alma de la que podemos servirnos para darnos cuenta de que también es bueno y mejor en esto de entrelazar versos y estrofas. Sí, además, se incorporan algunas páginas de la llamada “prosa poética” (como, por ejemplo, La luz que alumbre, Credo al sufrimiento o Letanía en cruz) ya podemos imaginar que este libro es un verdadero regalo para el corazón de todo aquel que lo lleve a los ojos o, por imposibilidad de hacer eso, haya alguien que se lo lea.
Esto último lo decimos porque, como suele ser habitual en los libros, suele ponerse al final de todo cuando, por ejemplo fue se terminó el mismo o, en todo caso, se acabó de imprimir. Y es que Surtidor del alma se acabó de imprimir en la ciudad de La Carolina el día 19 de junio de 1997 que era, además, “Aniversario del ingreso de ‘Lolo’ en la Organización Nacional de Ciegos de España”.
Este libro es un verdadero regalo para el corazón y, tanto los poemas inéditos como los que ya había publicado Manuel Lozano Garrido como, lo que decimos, arriba, la prosa poética (tan difícil de distinguir de un poema si no es por la forma de la misma) enseñan una vez más que cuando alguien está inspirado por el Espíritu Santo (y escucha sus gemidos inefables) se nota y más que se nota.
Eleuterio Fernández Guzmán
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