Sobre Lolo y sus libros – Al pie de la tapia

Sobre Lolo y sus libros – Al pie de la tapia

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Hermanas mías, que habéis sido elegidas para caminar por el sendero de una mañana de primavera; Hermanas, que habéis asimilado humildemente, escondidamente, la lección del sacrificio y la renuncia.

Si tus lágrimas rodasen hacia dentro

Al pie de la tapia (Cartas a religiosas)

 

Este libro es otro de los publicados con textos de Lolo después de su subida a la Casa del Padre. Y recoge una serie de cartas publicadas en la revista “Orate” desde 1961 hasta 1963 aunque hay dos de ellas (las dos primeras) que figuran con el añadido “s.f.” o, lo que es lo mismo, sin fecha. Y es una edición de las Carmelitas Descalzas de Jaén, sabedoras de la riqueza espiritual que contienen estas misivas enviadas o, mejor, dirigidas vía envío imaginado, por parte de Manuel Lozano Garrido a unas Hermanas en la fe en las que ve mucha entrega, mucho esfuerzo y mucha dedicación a Dios y a su prójimo. Contiene, además, un Prólogo a cargo del P. Rafael Higueras Álamo que consta como “Consiliario de la Asociación Amigos de Manuel Lozano Garrido” aunque es bien cierto que por aquel entonces, 2002 se encargaba, por así decirlo, de la Causa de Beatificación de Lolo para la que faltaban, aún, 8 años (12 de junio de 2010 fue el día)

Dice, por ejemplo, en la primera carta publicada de título “Un mundo que no abandonáis” y explicando el sentido de todas sus cartas y para que se entienda a la perfección, lo siguiente:

“Un carrito de inválido rueda hoy hasta la tapia de un convento. Pienso que, entre vosotras y los que sufren, hay más puntos de contacto que las paredes de nuestras habitaciones, las rejas que tenemos ante los ojos y la tremenda soledad de nuestras vidas. La fe,. Y la conciencia de universalidad la humillación y el sacrificio forman este trozo de pan caliente que vosotras, desde los locutorios y nosotros desde las camas y los cochecitos, podemos compartir a diario. Hoy mismo os escribo. Sólo quiero que en mis cartas veáis el alegre y humilde diálogo de un hombre, unos hombres, en quienes el Amor opera como en todas las criaturas del mundo.”

Podemos ver que Lolo quiere dirigirse a quien sabe atentas al mundo y a sus necesidades pues, desde Dios y orando no es que se alejen del mundanal ruido sino todo lo contrario: se centran, precisamente, en las necesidades del mismo.

Digamos que los títulos de sus cartas dicen mucho acerca de su contenido como, por ejemplo, “Alegría con y sin panderetas”, “Un corazón como el universo o, precisamente el que hemos citado arriba: “Un mundo que no abandonáis”.

Y nos gustaría terminar este, apenas, apunte sobre este libro con lo último que escribe el P. Rafael en el Prólogo pues dice mucho del sentido de todo esto:

“¡El valor de lo inútil! El valor de la muerte redentora de Cristo en la Cruz, que hace a este siervo de Dios añorar con delicadeza el no poder siquiera tocar con sus manos inválidas la imagen del Crucificado.”

Nosotros, por otra parte, nos consolamos sabiendo que hace ya mucho tiempo que Lolo debe haber tocado las de su hermano Cristo y no, precisamente, de forma imaginaria.

Eleuterio Fernández Guzmán