Y con una lonja abarrotada y un espléndido sol, el Lunes Santo anhela la estación de penitencia de la Hermandad de la Oración en el Huerto. Túnicas blancas y verdes como la bandera de nuestra Andalucía.
Un gran cantidad de nazarenos organizados en tramos y separados por unas riquísimas insignias, como preludio a una dificultosa salida. Cuando el reloj marca las cinco y media de la tarde, cada año ve la luz el paso del Señor de la Oración. Y tras él siempre viene Nuestra Señora de Gracia, cobijada en un palio que cincelara Ramón León y que bordase Manuel Solano.
La cofradía en su caminar pasa por su calle en primer lugar y saluda a sus vecinos, cita vislumbrada por segundo año, de haberse producido esta salida procesional. Tras la calle Ayala pasa a visitar a las Hermanas de la Cruz, punto en el que se concentra muchísima gente para escuchar las voces de unos ángeles del cielo.
Y el cortejo por tradición busca céntricas calles, discurriendo por la Plaza del Ayuntamiento, Santiago, Baños, Pasaje o Canalejas. Rápidamente el reloj marca las nueve, hora en que la Carrera Oficial espera ver entrar ambos pasos, poco a poco, con mucho rigor y saber estar. ¡Qué veloces pasan las horas cuando el Señor está en la calle!
El siguiente punto que concentra gran expectación es la Plaza de San Francisco, aquí se suele producir su tradicional saludo parroquial, y también a las tres hermandades erigidas allí canónicamente. Grandes son las chicotás que se trabajan los costaleros, portando al Señor de la Oración que fue creado de las gubias de Espinosa Cuadros.
Y cuando todo debe estar acabando la Calle del Rosario concentra a saeteras cercanas a la Hermandad, las cuales proclaman el amor a sus titulares a través de este tradicional cante. Y en la oscuridad de la noche, la grandeza de la Señora de Gracia al son de “Mi Amargura”, para emocionar a todos a su paso por la estrechez de la calle.
A su vez, el paso de misterio se recuerda melancólico subiendo la cuesta de Santa María, con un gran número de personas alrededor de paso disfrutando de los últimos momentos de la jornada. Y hasta que el Señor, no cruza el dintel de la puerta de la Basílica de Santa María, no comienza a subir la Reina de Gracia, dejando los costaleros sus últimas fuerzas para este momento, para sentir el peso de la trabajadera. Vivas y muchos aplausos para terminar un maravilloso Lunes Santo.
Sueña con estas palabras y con un Linares repleto de blanco y verde como es su olivar, pero ahora es tiempo de quedarse en casa y empezar la cuenta atrás para vivir estos momentos.
Redacción y fotografías: Alejandro Valderas
Recuerdos de 2019
Oración en el Huerto y Madre y Señora de Gracia, protagonistas del Lunes Santo
Abajo el caperuz
Vive algunos momentos de nuestra Cuaresma desde el Viernes de Dolores
Gran actividad en la Hermandad de la Oración en el Huerto y Nuestra Señora de Gracia