La gente se acumulaba en la Plaza de San Francisco al inicio de la Madugada, para ver salir a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En primer lugar, la Iglesia de San Francisco abrió sus puertas a San Juan y poco mas tarde, Nuestra Señora del Mayor Dolor acudía a la plaza para ver la salida de su hijo.
«Abrid la puerta al Nazareno de Linares», son las palabras que se oyen cada año antes de que el paso del Señor sea visto por todas las personas que esperan expectantes en la plaza. Comenzaba su salida para después hacer su tradicional bendición. Una vez finalizada, el cortejo se formaba emprendiendo su camino en una larga noche de Viernes Santo.
Pero al amanecer, comenzaba a nublarse el cielo e incluso cayeron algunas gotas de lluvia, por lo que se decidió recortar el recorrido, comenzando su vuelta hacia la parroquia. Entorno a las 10 de la mañana Nuestro Padre Jesús aparecía ya por la Plaza de San Francisco, por lo que no se realizó la subida por el Paseo de Linarejos ni la bendición en la Glorieta de América.
Jesús realizó su bendición a la gente que se reunía ya en la plaza, para después comenzar su entrada al templo a los sones de «Viva el Nazareno». Nuestro Señor se despedía hasta el próximo año de los linarenses que dedicaron un poquito de la noche a verlo. Pasadas las 11 de la mañana finalizaba el encierro, emprendiendo camino hacia su Casa Hermandad, Nuestra Señora del Mayor Dolor, acompañada por los sones de la Banda de Cabecera.