“No poder encontrar un centro para tu hija es muy frustrante”

57009a6e435300571054c786c3b0dd0d_L«Es muy frustrante, como padres, no encontrar un centro para tu hija”. Esa es la situación en la que se encuentran Gregorio Godoy y Asunción Chiclana, según explicó la madre de Raquel, que han puesto en marcha la iniciativa en la plataforma digital “change.org”. Solicita a la Delegación de Educación, Cultura y Deporte de Jaén que abra la ratio en el colegio laico San Joaquín de Linares. “Es para que nuestra hija Raquel, una niña discapacitada de 8 años, pueda asistir al único colegio inclusivo conocido, el que los niños quieren jugar con ella”, se recoge en el documento.

Se trata de una familia, afirman, en la que su miembro más vulnerable, su hija Raquel, de 8 años, se encuentra sin escolarizar. “Es una niña que nació con parálisis cerebral. Como tantos otros menores con su mismo problema, tras su diagnóstico, el doctor no nos dijo cómo se podía curar, sino que nos dio el teléfono de una asociación. Luego, llegó el momento de escolarizarla. Para ella no hubo elección, Raquel fue a un colegio público de una sola línea propuesto por el Equipo de Orientación Escolar (EOE.) asignado para su valoración”, relatan. Pero, reconocen, no le fue demasiado bien por lo que decidieron cambiar de centro: “Después de peregrinar por varios del municipio, creímos dar con el soñado, otro colegio público con dos líneas y en el que también había plaza para su hermano mellizo de altas capacidades. En este, las cosas le fueron aun peor. Raquel no estuvo el año completo, porque la inclusión prometida se convirtió en pocos meses en reclusión. En el curso siguiente asistió solo un par de semanas, hasta que su maestra de pedagogía terapéutica y su tutora nos contaron el plan que tenían para ella: ninguno”, lamentó.

En el curso siguiente, abrieron un colegio cerca de su casa y les hablaron de la educación inclusiva que pretendían con la niña, “pero tras finalizar el curso el colegio cerró por falta de matriculaciones”. Este año, la pequeña no asiste a ningún centro, solo a sus clases de danza, gimnasia rítmica y Aloha. “No queremos más experimentos con ella”. Sin embargo, apuntan, ha asistido a las fiestas del centro educativo en el que estudia su hermano mellizo, y muchos niños querían jugar con ella: “Sin duda, también practican una educación inclusiva, requisito que debiera ser indispensable para la escolarización de niños con necesidades educativas especiales. Esto no había ocurrido en ningún otro, por lo que hemos solicitado para el curso que viene una plaza, pero la Delegación de Educación de Jaén se la ha negado, a pesar de su discapacidad, de que concursa con 30 puntos, de que el colegio estaría encantado de atenderla, y de que sus padres nunca pudieron elegir un colegio para ella”. Mariela Soriano. JAEN.

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