Los perfiles de Lolo . 1- Presentación
En un correo electrónico del P. Rafael Higueras Álamo dedicado al Dies Natalis del Beato Manuel Lozano Garrido, a la sazón el día 3 de noviembre que fue cuando fue llamado por Dios a su Casa, escanció lo que denominó “perfiles de Lolo”. En ellos apuntaba el bueno de Don Rafael que nuestro hermano Lolo presentaba, eso, unos perfiles a modo de qué es lo que movía la vida del linarense universal. Nos decía esto que sigue:
“Puedo decir que entre los ‘perfiles’ de Lolo se puede hablar de su piedad eucarística, su honda y sencilla devoción a la Virgen María, su dedicación a ayudar a quien necesitara (¡siendo él un necesitado de toda ayuda!), su oración cultivada y frecuente en varios momentos del día… Y por fin su ‘vocación de periodista’. ¡Ahí queda su obra SINAI! Hoy son 52 monasterios pidiendo por los periodistas.“
Así, dicho, a bote pronto, podemos decir que esto supone una buena definición de un hacer de alguien. Es decir, que si el sacerdote que lo conoció los últimos años de su vida y estuvo con él en el momento de su muerte, dice esto que dice no lo hace por quedar bien ni por ser ocurrente sino porque, con franqueza, lo piensa de una persona a la que trató muy de cerca y a la que, de una forma más que acertada, así define.
En realidad, todo este, digamos, “itinerario” de vida muestra bien a las claras como este linarense universal supo, a lo largo de su vida, llevar una vida física, sí, dificultosa y llena de malos momentos pero otra, la espiritual, repleta de bondades, de gozos y de esperanzas. Y como ya sabemos que todo ser humano está compuesto de cuerpo y de alma, no podemos dejar que el primero obstaculice a la segunda por muchas piedras que vaya pisando por el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios llamado Cielo.
No es poco decir que Lolo tenía una piedad eucarística que llenaba su corazón de Cristo, de Aquel que se entregó, también, por su hermano Manuel, por mucha distancia, de siglos y de kilómetros, que hubiera entre Jerusalén y Linares. Y lo mismo podemos decir de los otros perfiles que nos apunta el P. Rafael.
Ciertamente, cuando alguien se echa a los ojos y al corazón estos apuntes, esta definición estricta, de una persona (aquí de Lolo) enseguida entiende ante qué tipo de creyente nos encontramos. Y es que, según leemos y vamos a desarrollar más adelante, quien siente devoción a su Madre del Cielo, tiene muy en cuenta a todo aquel que lo pueda necesitar, tiene a la oración con un deber que cumple con gozo y, además, desarrolla su misión en el mundo a través de su labor periodística mostrando lo que se puede ser desde la dificultad y el sufrimiento… en fin, quien todo muestra que es y lo muestra con largueza, sólo puede tratarse de alguien que ha comprendido a la perfección lo que supone ser hijos de Dios y que no se arredra ante nada y nada lo va a parar. Y, en efecto, nada lo paró como bien vamos a ir viendo.