La Hermandad de la Vera Cruz se preparaba para su estación de penitencia en la noche del Martes Santo. Con la amenaza de lluvia, minutos antes de la hora establecida, se decidió salir en procesión, pero acortando el recorrido. De esta forma, al llegar a la Basílica de Santa María se giró hacia la calle Huarte de San Juan para iniciar el recorrido de vuelta. El objetivo fue tener una fácil salida y salvar las calles del casco antiguo, para en caso de lluvia poder encontrar refugio rápido.
A las 21.30h. se abrieron las puertas de la Parroquia de San Agustín. Como dicen sus estatutos, el cortejo debe iniciar su estación de penitencia una vez se haga de noche.
El silencio predomina en las calles, solo con el murmullo de los espectadores y devotos, así como el sonido del muñidor, el primero del cortejo. Le sigue la titular cruz de guía y los hermanos para dar paso al paso de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, que estrenaba potencias y cordón dorado de oración, que llevaba atado en las manos.
Otro de los grandes estrenos son los respiraderos del paso de palio. María Santísima de la Salud en su Soledad lucía esplendorosa su saya bordada color burdeos y manto color verde.
En primer lugar, la cofradía se dirigió directamente hacia la Carrera Oficial, situada en la calle Isaac Peral, sobre las 22.15h., para dirigirse hacia Santa María por la calle Sagasta, aquí se realizó el tradicional saludo al Santísimo, y después también en la Parroquia de San Francisco, ya de vuelta hacia el templo. A las 01:05h. de la madrugada entraba ya el cortejo a San Agustín, rompiendo el voto de silencio para dar por finalizada la estación de penitencia.
No faltaron los acompañamientos musicales solemne del Grupo de Capilla y la Agrupación Musical Maestro Alfredo Martos. Tampoco la presencia de MusicAlma en la Plaza de Santa María, o el canto del tenor Joaquín Robles a la salida. Si se omitió el canto de las monjitas de Santa Ángela de la Cruz, al acortar el recorrido.