La Hermandad de la Vera+Cruz esperaba la llegada de la noche cerrada para poder salir a realizar su estación de penitencia. El Martes Santo no dejaba duda meteorológica de que esta cofradía podría disfrutar de su día, el cielo estuvo despejado, manteniéndose la temperatura del Lunes Santo.
Las 21.30h. llegaban, abriéndose las puertas de la Parroquia de San Agustín, que dejaba ver ya al “muñidor”, que abre el cortejo a la Vera+Cruz y sus penitentes. Poco tiempo después, aparecía Nuestro Padre Jesús de la Humildad, con su paso decorado con flores moradas y rojas, detrás de él lo hacía su madre, María Santísima de la Salud en su Soledad. Emprendían camino hacia las que fueron sus antiguas sedes canónicas, la Basílica de Santa María y San Francisco, donde realizan una parada ante el Santísimo en recuerdo a sus inicios.
Muchos fueron los homenajes que se realizaron a los titulares, ya que el tenor Joaquín Robles esperaba a las imágenes a su salida para realizar un canto hacia ellas. El coro Musicalma se colocó en las escaleras de la Basílica para cantar a los titulares, al igual que lo hicieron las Hermanas de la Cruz a su paso por su convento en la calle Conde de Romanones (El Pilar). Joaquín Robles volvió a rendir homenaje en la calle La Rosa, acompañado esta vez del grupo de música de capilla de la Hermandad. Una representación de la Agrupación Musical “Maestro Alfredo Martos” también tocaba música de capilla durante el cortejo.
La Hermandad llegaba ya a la Carrera Oficial, donde el fiscal entregaba la llamada “venia” al Hermano Mayor de la Hermandad de la Expiración, Juan Miguel Delgado, que presidía la tribuna, para solicitar el paso por la misma y así poder regresar a su templo.
Finalmente el cortejo volvía a su Iglesia, terminando su estación de penitencia alrededor de las 2 de la madrugada.