Gárgolas del hospital de los Marqueses de Linares
Las llamaban también «grifos», suelen ser grotescas, con formas de animales, demonios y otros seres terroríficos. Se creía que servían también como protección para ahuyentar los espíritus malignos.
No son un invento reciente, los egipcios, los romanos y los griegos las incluían en sus majestuosas construcciones.
Estás figuras tienen el papel de conservación del edificio, recogen el agua de la lluvia que cae sobre el techo y la expulsan lejos de las paredes de piedra que forman su estructura, por eso son protuberantes y cuanto más sobresalen más cumplen su labor.
Existen en infinidad de catedrales y edificios antiguos solo hay que saber mirar. En Linares están en el hospital de los Marqueses de Linares, sobre la valla de entrada a este edificio.
En una noche de niebla, como la de la fotografía, adquieren un aspecto fantasmagórico. La mayoría de los linarenses no se han fijado en estos detalles pero son dignos de contemplar.