El dicho de que la tierra ‘tira’ se cumple. Tal es el caso de tres jóvenes emprendedores linarenses que han visto cómo la situación de desempleo y la falta de oportunidades les han empujado a emprender su propio negocio empresarial de comercio y servicios y a volver así a sus raíces.
Raúl Hurtado hace tres años decidió apostar por Linares y montar una tienda de productos gourmets, junto con su pareja. «Buscaba una alternativa a que Linares no se hunda. Esta cuidad todavía puede considerarse ciudad. Si no luchamos nosotros, quiénes lo harán. Linares es una buena ciudad para vivir», cuenta.
La elección del negocio le vino por su afición a «lo sibarita» y a la incapacidad de encontrar ciertos productos en otros establecimientos. Desde un principio tuvo claro que quería contar con un negocio propio y ser autónomo. «Cada vez estoy más contento», asegura.
Reconoce que gracias al esfuerzo que están realizando y a base de mucho trabajo están saliendo adelante, No obstante se lamenta de que «aquí en Linares se están pagando los locales como si estuviéramos en tiempos anteriores, en tiempos de riqueza. No es lo mismo sacar de beneficio 2.000 euros y pagar el alquiler, que ahora que no los sacas pero pagas lo mismo. Al final cuesta mucho más», afirma Raúl.
Reconoce haber hecho bien en creer en Linares y hace un balance positivo de estos tres años; y ello se lo debe a su página web a la que considera su segunda tienda y a su clientela. «Nuestros productos son reconocidos, no sólo por la gente que nos compra aquí en Linares sino por internet; por suerte tengo un clientela que cada día me gusta más, son gente cercana», reconoce.
Juan Manuel Entrenas, dueño de la tienda de camisetas Pampling Linares relata que se aventuró a emprender esta aventura hace casi un año por la falta de empleo. Se decidió por abrirla en Linares «porque soy de aquí, mi novia vive aquí y estoy ligado a la ciudad en cierto modo. En toda la provincia no había ninguna tienda especializada en serigrafía, en camisetas. Se junta todo y parece que de primeras es una buena idea», apunta Juan Manuel.
Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y Técnico Superior en Cooperación y Desarrollo Internacional reconoce que en su camino de emprendedor ha tenido más facilidades que dificultades, al ser su negocio una franquicia. «Ellos te lo dan todo hecho o te dicen lo que necesitas. Con el Ayuntamiento he tenido suerte: como antiguamente este local era de ropa, para el tema de la licencia, lo que he tenido que hacer es rescatar la antigua».
Realismo
En su caso, fue un proyecto que tuvo que realizar en su carrera lo que le dio la idea de montar este tipo de tienda. «Me hubiera gustado más que fuera marca propia pero era más inversión y contar con más experiencia en el sector». En cuanto al balance, coincide con Raúl es que es positivo, ya que tras nueve meses de apertura ya son conocidos en la ciudad. Sin embargo «nuestro problema es que nos dirigimos a gente joven, y gente joven en Linares queda cada vez menos», afirma.
Otro joven que apuesta por el emprendimiento es Francisco Cartas, uno de los socios de la empresa de distribución de cervezas SerBeer, cuyo proyecto nace de la ilusión de un grupo de amigos aficionados a esta bebida. «Teníamos la fábula de que podíamos montar una empresa de distribución de cerveza para conocer nuevos tipos y probar nuevas marcas, por tener contacto con nuevos proveedores y distintos países, porque sobre todo a la hora de probar una cerveza u otra es como si estuvieras en otro países. Hemos hecho nuestro sueño realidad y nos hemos constituido como empresa y elegimos el mundo que nos apasionaba desde jóvenes», relata.
El elevado coste del producto al ser importado y el desconocimiento de las cervezas internacionales con las que trabajan han sido las principales dificultades. En cuanto a las facilidades destaca la ayuda en orientación y asesoramiento que ha recibido por parte del Centro de Apoyo del Desarrollo Empresarial de Linares (CADE). Ya llevan un año y no descartan fabricar su propia cerveza. María Teresa Cortés. IDEAL.
