Descubriendo a nuestro paisano David Gascón
David Gascón es todavía para muchos de sus paisanos un gran desconocido. Un hombre de ciencias dedicado desde hace años a la docencia, impartiendo clases de física y química que compagina con su otra gran pasión, la música.
Desde que tiene conciencia recuerda su fascinación por la música, siendo muy pequeño daba recitales con todas las canciones que sabía en las reuniones familiares, tal era su inquietud artística que con tan solo tres años sus padres tuvieron que matricularle en el conservatorio, donde cursó estudios de piano hasta que empezó la universidad, pero confiesa que se cansó y lo dejó , ya que formaba parte de una ilusión de la infancia y se dio cuenta que no era algo que le llenara realmente, eso sí, dejar el conservatorio no le impidió seguir haciendo lo que más le gustaba, cantar.
Desde sus comienzos David ha sido un artista muy polivalente moviéndose entre distintos géneros musicales sintiéndose cómodo cantando por Serrat o Nirvana pasando después por distintos grupos de rock o metal, lo que ha contribuido a convertirle en el artista que es hoy.
Entre risas nos comenta que «lo único que no ha llegado a cantar es flamenco, no porque tenga nada en su contra sino porque éste género nunca se ha cruzado en su camino».
Un día asistió a un concierto de canto clásico en la Fundación de Andrés Segovia en el que su hermano participaba como pianista cuando a la salida le pidió a un tenor que le enseñara algunas técnicas vocales para aplicarlos al Heavy, de esta manera comenzó a tomar clases de canto, descubrió la música clásica y vio que era un género musical en el que encajaba muy bien y con el que se sentía muy cómodo.
Con 27 o 28 años comenzó a cantar de manera profesional, siendo muchas las obras en las que ha participado, Ópera, Zarzuela, Musical, pero aún así sentía la necesidad de descubrir algo más, sentía que él podía hacer algo más con su voz, pensaba que seguro que existía algún género musical que le podía aportar todo lo que espera de la música y fue entonces cuando descubrió la música propia del romanticismo alemán (el Lied), música de cámara que empezó a estudiar en profundidad, David sentía que ese era el género que quería ser capaz de interpretar, algo que le costó muchísimo, ya que si por algo se caracteriza es por la naturalidad con la que esos artistas hacen que salgan las palabras de su garganta, una naturalidad poco frecuente, algo que parece sencillo pero que es realmente complicado.
Empezó a leer en alemán y a estudiar la voz de esos artistas alemanes que tanto le llamaban la atención y nos confiesa: “al principio no me resultó nada fácil cantar como ellos pero poco a poco, con mucho ensayo y disciplina, lo fui consiguiendo”. Algo que le llena de orgullo y satisfacción.
David es un hombre de emociones y sentimientos, un hombre que cree en las señales, como anécdota nos contaba que una de esas primeras piezas que tanto le emocionaron fue Halt, que viene a significar algo así como Alto, lo que él interpretó como “para y empieza de nuevo, pero hazlo desde ahí, desde este punto”.
En este estilo es completamente autodidacta, pero reconoce haberse sentido apoyado por el artista Joan Ferrer Serra, quién le dirigió en estos pasos y que llegó a convertirse en un gran amigo para él.
Nos cuenta muy emocionado como junto con otro compañero linarense, Alfredo Catalán Casado, llevaron a escena un ciclo de este tipo de música, la obra de “La bella Jardinera” en su única versión orquestal, además apostaron por estrenarla en la ciudad de Linares, teniendo una gran acogida que le valió para recibir un reconocimiento de la prestigiosa revista “Ópera Word”, la publicación de ópera más importante que existe hoy en día.
Durante su carrera artística han sido muchas las obras que ha interpretado y muchas las ciudades que ha visitado, algo que ha requerido de mucho sacrificio por su parte, ya que lo ha compaginado siempre con sus otras dos pasiones, su profesión de profesor y su faceta como padre de familia de dos niños pequeños, a los que sin darse cuenta les ha ido transmitiendo su pasión por la música.
Tal y como nos ha comentado, uno de los proyectos próximos que más ilusión le hacen en este momento es el que ha preparado para el 29 y 30 de noviembre en su ciudad natal, Linares, para mostrar ante los asistentes la figura de uno de los músicos que más le apasionan, Schubert, no lo hará solo sino con el grupo de lectura “El Paseo” en la Casa Museo Andrés Segovia y que lleva por título “Schubert Auténtico”.
Nos confiesa ser muy disciplinado, ha estudiado mucho su propio cuerpo para conseguir, como él mismo dice, “el milagro de convertir todo el aire que llega a mis pulmones en el sonido que estoy buscando alcanzar”, confiesa pelear continuamente con su propio físico para llegar a una marca, algo que refleja el alto nivel que el mismo se exige.
Hoy en día se siete satisfecho con el nivel que ha alcanzado y se siente reconocido y valorado por su público, nos contaba que el boca a boca ha sido la forma por la que se ha dando a conocer y tiene una agenda de lo más completa, siendo sus próximos proyectos una obra en la que trabajará junto a su hermano en la Real Sociedad Económicas Amigos del País de Jaén a finales de octubre, en noviembre estará interpretando “Carmina Burana” en el Auditorio Manuel de Falla de Granada y después visitará ciudades como Palencia y Zamora, cerrando el año el día 22 de diciembre en el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid donde dará un concierto.