Las mascotas se han convertido hoy en un miembro más de las familias. Sus dueños o tutores hacen, por tanto, todo lo posible por protegerlas de cualquier circunstancia que pueda ser perjudicial para ellas.
Esto no solo implica cuidar de su salud y alimentarlas. Cumplir la ley para que se puedan identificar con un Lector de chip para mascotas, por ejemplo, es algo que a veces se pasa de largo y que puede resultar clave si el animal se ha perdido.
¿Qué consejos básicos se pueden tener en cuenta para cuidar a las mascotas de la mejor manera? Expertos veterinarios y responsables de protectoras se unen para ofrecer una serie de pautas que pueden venir muy bien tanto a tutores inexpertos como a personas que tienen perros o gatos de toda la vida.
El chip: algo más que una obligación legal
En España, todos los perros tienen que llevar implantado un chip que se pueda leer con un aparato especial. Este lector permite saber cómo se llama el animal y, sobre todo, cuáles son los datos de contacto de su responsable.
Desafortunadamente, no ocurre igual en el caso de los gatos u otras mascotas. En este sentido, hay comunidades autónomas donde sí se impone la obligación del chip y otras en las que todavía es algo opcional.
Sin embargo, y más allá de lo que marque la ley, mucha gente considera que es un gasto innecesario y que no sirve para nada. Este es el más grave error que se puede cometer, en opinión de las personas que trabajan día a día en las protectoras de animales.
¿Por qué? En caso de pérdida del animal o en el momento en el que se escapa, esta es una fórmula rápida y directa de dar con su propietario. Un vecino puede encontrar al perro y llamar a la policía o a una protectora para que usen el lector de chip para mascotas.
De ese modo, el contacto es directo y la persona puede recoger al animal de inmediato. En caso de no tener chip, solo quedará dejarlo todo en manos de la suerte y cruzar los dedos para que el animal vuelva o que la noticia de su rescate llegue por redes sociales o por el boca a boca.
El entretenimiento: algo olvidado
Un gato o un perro tiene que comer, tener su lugar de descanso e incluso recibir la atención veterinaria que necesite. Eso parece estar claro en la mayor parte de los casos. Sin embargo, algo que olvidan una gran parte de los propietarios de animales es que son seres sintientes que necesitan de atención y entretenimiento.
Dicho de otro modo, un gato o un perro no puede ser un mueble más de la casa, hay que prestarles atención, dedicarles tiempo de calidad, jugar con ellos, pasear… Solo de esa manera se puede asegurar que la mascota va a estar completamente feliz y estable y, por tanto, protegida ante un sufrimiento innecesario al sentirse sola o aburrida.
Estos dos consejos, sumados al hecho de controlar todas las salidas y contactos del animal, cuidar su alimentación y hacer las revisiones veterinarias recomendadas son las mejores precauciones que se pueden tener para asegurar la protección total de estos amigos de cuatro patas.
