Llega el verano y la intensidad del sol sube. La crema de protección solar tiene que ser un básico, no solo cuando vamos a la piscina, sino también para salir a la calle o para el día a día. Es importante proteger nuestra piel del sol y los rayos UV, sobre todo si por cualquier circunstancia (condiciones de trabajo, etc.) hay que exponerse más de lo habitual a él. Es el momento de comprar un protector solar, pero ¿Cuál elegimos?.
Ahora es muy habitual que acudamos también a la playa, a la piscina o a la montaña y en todos estos sitios es muy importante protegernos si queremos evitar manchas en la piel o, lo que es peor, alguna enfermedad como el cáncer de piel que cada vez es más habitual.
Para comprar un protector solar adecuado siempre es recomendable acudir a una Farmacia, ya que es un lugar más específico, donde hay diferentes productos que pueden adaptarse a nuestras necesidades. Además, se va a tener el asesoramiento de los profesionales, que te aconsejarán de la mejor forma para que puedas proteger tu piel de forma segura. Es el caso de la Farmacia Santana de Linares, un establecimiento que además ofrece la opción de compra online desde su página web.
Tipos de cremas solares y protección
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología, hay tres tipos de protectores solares según su composición: Los «químicos», que absorben la radiación solar y la transforman en otros tipo de energía para que no produzcan daño cutáneo, los «físicos», que dispersan y reflejan la radiación como se si de un escudo se tratara, y los «Mixtos, que combinan ambas formas. Además, se pueden presentar en forma de crema, loción, spray, gel e incluso aceite.
¿Qué indica el número SPF?
El SPF se refiere al factor de protección solar que tiene dicho producto, lo que indica el número de veces que se multiplica el tiempo en el que se puede permanecer al sol una vez que te aplicas la crema. Depende el tono de piel y las características de cada persona se puede usar desde SPF 10 (para pieles más oscuras), a SPF 50 (con mayor protección y para pieles claras o sensibles. No obstante, siempre se recomienda que la protección sea lo más alta posible si la exposición al sol va a ser intensa.
Para ello, se establecen diferentes «fototipos» para conocer nuestro tipo de piel. De esta forma el fototipo I se refiere a la piel más blanca y pálida, que se quema fácilmente, para lo que se recomienda un SPF de 50 o superior. Los fototipos II y III son pieles más intermedias, que se enrojecen primero y después se queman. El fototipo IV es una piel ligeramente morena, que se broncea rápidamente y se quema moderadamente. En estos casos pueden usarse productos de SPF entre 30 y 50. El fototipo V se refiere a pieles muy morenas que rara vez se queman (que pueden usar una crema de entre 15 y 20 SPF), y por último está la piel negra, que corresponde al fototipo VI y que puede usar protector de SPF 10.
¿Cómo usar los protectores solares?
Es muy importante no usar el producto de un año para otro, es decir, si tenemos un bote el verano pasado, la eficacia ya habrá disminuido y no es conveniente usarlo.
Para estar bien protegidos de los rayos del sol es conveniente echar la crema antes de exponerse al sol, y reponerla cada dos horas aproximadamente. También se recomienda volver a echar crema cuando salgamos del agua si estamos en una playa o piscina. Es importante cubrir todas las partes del cuerpo.
Aun así, los expertos no recomiendan que durante el verano nos expongamos al sol en las horas centrales del día. En estos momentos además de hacer más calor, los rayos UV son más intensos y hay más posibilidad de experimentar quemaduras.