«Guarda la culpa lejos de los dados.»
Ahí está,
dormida sobre el alma:
La culpa.
Al acecho,
espera el momento oportuno para despertar.
Solo necesita un corazón inseguro
para empezar a sembrar el horizonte de desiertos.
El miedo es su aliado,
quien le abre la puerta y,
una vez que en ella se instala,
la paz se vuelve un imposible.
-Dados al suelo, cerca del complejo de La Tortuga Azul.-
(Detrás de la calle Antequera)
Fotografía y texto: Nela Roge