Desde que a los siete años su padre le regaló una guitarra, Vicky Oliveros no ha dejado de tocar ni un solo día de su vida. Terminados los diez años de formación en el “Conservatorio Profesional de Música Andrés Segovia de Linares”, se mudó a Madrid a buscarse la vida e introducirse en un estilo de música contemporáneo. Escuchando a BB King, Jimi Hendrix, Mark Knopfler, Neal Schon, etc.. fue experimentando y creciendo, combinando guitarra eléctrica, acústica y española.
Este año arranca la gira mundial de Melendi, Likes y Cicatrices, dos años en los que el músico y su banda recorrerán España, América Latina y Estados Unidos. Nuestra protagonista es la encargada de acompañar al artista con la guitarra acústica, doce cuerdas, española y coros. Linares es su casa y origen, un lugar importante para ella, y eso no la abandona en el escenario. Tampoco cuando baja de él.
Desde sus inicios Vicky ha compaginado su trabajo en academias de música y colaboraciones con nombres del panorama artístico nacional. Cuando a través de las redes fue contactada por José de Castro, director musical del cantante asturiano, Vicky no se lo podía creer, sobre todo teniendo en cuenta la admiración que siente por el famoso guitarrista.
Como ella misma dice, participar en Likes y Cicatrices es simplemente indescriptible, más de lo que podría soñar, una experiencia que le está demostrando algo que desde pequeña sospechaba: “si te fijas un objetivo y luchas por él, vas a alcanzarlo”. Esta vivencia además le ha hecho ver que se puede vivir de la música, como ella misma matiza: “He conseguido llegar, ahora lo más duro es mantenerse”. Además de tocar, estar en esta gira es aprender lo importante de la convivencia, la colaboración, hacer equipo y aprender de los demás.
Desde Linares viajaron sus padres al concierto de Córdoba y no pudieron contener las lágrimas, aunque nunca le pidieron nada, Vicky afirma: “Se lo debía”. Un sueño que se va cumpliendo, sin olvidar nunca el lugar que vio nacer su amor incondicional por la música. Un sueño que de momento, no ha hecho más que empezar.
Rosa Moreno
