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La exposición «Defixio» muestra una tabla de origen romano grabada con una maldición

El Museo Arqueológico de Linares muestra una tabla de origen romano grabada en plomo con una maldición

La Institución cultural expone esta singular pieza tras ser limpiada y consolidada con motivo del Día Internacional de los Museos

El delegado del Gobierno en funciones, Jesús Estrella, ha asistido en el Museo Arqueológico de Linares a la presentación de la exposición «Defixio: Maldición escrita en plomo», dentro del ciclo «Cástulo Inédito». El ciclo da a conocer periódicamente al público conjuntos de materiales procedentes de Cástulo o de los fondos del Museo que hasta ahora no se habían incorporado a la exposición permanente. La muestra “Defixio: Maldición escrita en plomo” se podrá visitar hasta el próximo 31 de julio y presenta una plancha de plomo grabada con escritura en ambas caras con una maldición, con forma de “tabula ansata” (tabla con asas) de origen romano de finales del siglo I o inicios de II d.C. No son frecuentes estas tablillas de maldición, se conocen sólo 36 piezas similares en la Península Ibérica, de las que la del Museo Arqueológico de Linares se encuentra entre las mejor conservadas.

La plancha de plomo tuvo entrada en el Museo a principios de la década de 1980 procedente de un expolio practicado previsiblemente en la colonia romana de Libisosa (Albacete). Este singular objeto fue conservado bajo un estricto control ambiental en los almacenes del Museo y en 2017 se incorporó a la exposición en una de las salas. Sin embargo, tuvo que ser retirada el pasado año al observar expertos indicios de deterioro. La pieza ha sido objeto de un laborioso proceso de limpieza y consolidación por parte de la restauradora del museo, Elena Mora. Asimismo, se ha previsto un contenedor inerte y otras medidas para evitar su corrosión en el futuro cuando la pieza se incorpore a la exposición permanente el próximo agosto.

La pieza se refiere a una “defixio” (maldición). La lectura de sus inscripciones no fue posible hasta que en 2017 despertó el interés de un grupo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, liderados por Borja Díaz Ariño. Además de centrarse en la lectura y traducción del epígrafe, fue necesario el ensayo de distintos métodos fotográficos para hacer visibles las letras, tarea en la que contaron con el apoyo de Francisco Arias de Haro. Hace unos meses se hicieron públicos los resultados de esta investigación en la revista “Chiron”, una reconocida publicación sobre epigrafía romana dependiente del Instituto Arqueológico Alemán, de la que se hizo eco el suplemento cultural del diario ABC.

No se ha conseguido una lectura completa, entre otras razones porque la grafía se realizó con un buril sobre el plomo aún caliente, dejando muy sutiles huellas.  Además, se produce la dificultad añadida de estar escrita en la lengua común. Sí se desprende de la evidencia recabada por los investigadores que es el acta de un rito de maldición, donde una persona concreta, identificada por su nombre, invoca a las divinidades del inframundo para desearle las mayores desgracias a Iulius Paternus. Entre los malos deseos figuran que le den “veneno tirio” o que “sea comido por los gusanos”.