La obra de Belin desde el objetivo de Marisidra López

La obra de Belin desde el objetivo de Marisidra López

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El grafitero Belin

Miguel Ángel Belinchón es un artista plástico conocido en el mundo del arte como Belin. Nació el 29 de septiembre de 1979, en Linares y desde muy pequeño mostró su interés por el dibujo y la pintura. En 1995 comenzó a experimentar con la pintura en nuestras calles realizando grafitis sobre paredes y muros. Trabajó con su tío en una fábrica de artículos religiosos y publicidad y su sueldo lo dedicó a comprar material para pintar en sus ratos libres. En esos años comenzó a desarrollar la técnica del aerosol que también domina y que le ha hecho ser reconocido mundialmente.

En 2002 comenzó a hacer del grafiti su profesión, en 2004 realizó sus primeras exposiciones colectivas en España y en 2005 asistió a una bienal europea en Nápoles.

Hoy en día cuenta con un currículum y reconocimiento mundial gracias a su perfecta técnica súper realista con spray, evolucionando hasta llegar a su nueva etapa llamada Postneocubismo, qué es una fusión entre cubismo realismo y grafiti en homenaje a sus orígenes y al maestro malagueño Pablo Picasso.

Reside en Linares donde tiene una casa taller aunque por su actividad artística viaja a todo el mundo.

Sus obras son casi siempre en grandes formatos ; actualmente está centrado en el postneocubismo y en el «Online» (óleo y óleo en barra sobre lienzo).

Su temática también ha ido evolucionando a través del tiempo del lettering y muñecos hasta otra más íntima y madura. Tiene en su haber infinidad de premios nacionales e internacionales como la bandera de Andalucía en el 2014.

Su obra es inmensa y en Linares tiene más de una veintena. Como esta situada en el casco antiguo de Linares, en la calle la Rosa. A partir de ahora se pueden ver sus trabajos pidiendo en Información y Turismo un plano con la ubicación exacta de sus pinturas, lo que facilita su búsqueda. El graffiti es un arte y nuestro paisano Belin lo pasea con gran éxito por todo el mundo.

Fotografía y texto: Marisidra López