Desde el inicio de la pandemia de Covid-19 no ha parado de incrementarse el precio de la factura de la luz. No sabemos por qué, solo que cada vez pagamos más por el mismo consumo. ¿Cómo puede ser? Te enseñamos como mantener el precio de la electricidad y algunos consejos para gastar menos.
Mirar varias opciones
Normalmente solemos tener la compañía de luz que en nuestra vivienda está «por defecto». Este es el primer error, pues debemos hacer un estudio de las diferentes compañías y sus ofertas, y así comprobar con cual podemos ahorrar más. Hay veces que el precio se diferencia bastante y además, tenemos la opción de elegir tarifas específicas con horas de tarifa plana o consumo más barato, según las horas en las que hagamos más uso de los electrodomésticos.
Incluso en la compañía que tengamos contratada podemos tener opción de ajustar los tramos horarios o regular la potencia según nuestra necesidad. Si vivimos solos, no necesitaremos la misma potencia que si tenemos una familia numerosa, por ejemplo.
¿Por qué sube?
Precisamente las condiciones medioambientales son claves para determinar el precio de la luz. La falta de lluvias o escasez de viento hacen que no se pueda generar energía por los métodos renovables (eólica, hidráulica) y que tenga que hacerse de la forma más costosa: combustibles fósiles como el carbón.
También la situación de otros países, si hay que exportar la energía o que nos la vendan a nosotros, suele influir en el precio. Si se aumenta la demanda de luz en los domicilios (como puede ser en verano o invierno con las calefacciones, o aires acondicionados), también aumentará el precio de la factura.
¿Qué hacer para ahorrar?
Vigilar los consumos en «stand by» que pueden dejar electrodomésticos como la televisión, o los ordenadores. Es aconsejable tener un dispositivo de encendido y apagado de los enchufes, ya que ese consumo que parece insignificante, con el paso de los días y meses supone un plus en la factura.
Estudiar los tramos horarios en los que el consumo es más barato y aprovechar esas horas para hacer tareas como poner lavadoras, cocinar, ducharse y todo en lo que se suele gastar más luz.
Intentar no «despilfarrar», de forma que no gastemos luz por gastar. Seamos conscientes de que cuesta un dinero y no gastemos más de lo que necesitamos. Por ejemplo, dejar el ordenador encendido todo el día puede suponer un incremento considerable en la factura, si en realidad solo vamos a usarlo unas horas.
Afortunadamente ahora hay diferentes empresas disponibles para contratar el suministro de la luz, eso es una ventaja, ya que hace años solo había una opción y las opciones eran muy limitadas.
La instalación de placas solares en casa, si tenemos espacios, también es una buena opción. Aunque es cierto que es una inversión muy costosa y seguramente en unos años se regule su uso y también se imponga algún impuesto para quienes las tengan. Pero es una forma de generar energía limpia en tu propia casa y ahorrar mes a mes en la factura de la luz.