La marca Brother empezó sus andanzas en 1908 dentro de Japón, pero no sería hasta 1954 cuando se fundó la Brother International Corporation en Norteamérica. En poco más de 40 años, y en la primera mitad de un siglo XX especialmente complicado, esta empresa consiguió erigir todo un sello de calidad en el ámbito de la mecánica, máquinas de escribir y hasta máquinas de coser.
¿Por qué hablar de ella precisamente? Porque a día de hoy siguen muy presentes y, de hecho, su nombre está más que presente en las tiendas online. ¿Cómo es posible? Pues porque, a día de hoy, comprar una buena máquina de coser Brother está siendo la elección favorita para muchos. También es lógico, la firma lleva ya más de un siglo operando y demostrando que saben muy bien lo que se hacen cuando se trata de dar forma a maquinaria para el sector textil, incluso cuando es para el ámbito doméstico.
La situación, por otra parte, es bastante curiosa. Las máquinas de coser están cogiendo una potentísima inercia en ventas a lo largo de este 2020, y uno de los culpables ha sido la pandemia del coronavirus. Esta enfermedad, que ha llevado a un confinamiento en las casas y que sigue pegando unos coletazos que están obligando a cambiar nuestro día a día, ha hecho que en muchos hogares se plantee la idea de comprar una máquina de coser.
Para aprovechar un tiempo libre que, desafortunadamente en muchos casos, ha crecido como nunca; para buscar un entretenimiento con el que renovar el armario si fuera necesario. En definitiva, para ayudar a hacer del día a día algo más ameno. El auge de las ventas de máquinas de coser, para muchos, se está comparando incluso con el vivido allá por los años 60-70.
En aquella época, España vivió todo un «boom» protagonizado por estos aparatos. Hacían mucho más fácil la costura y, después de haber pasado por una Guerra Civil que lo había complicado todo, en muchos hogares se convirtió en la herramienta imprescindible para ahorrar al máximo en ropa y arreglos.
El resurgir de las máquinas de coser en 2020
De hecho, la comparación se debe precisamente a ese auge que se repite, solo que esta vez está alcanzando una magnitud antes inimaginable. Porque hemos hablado de los efectos de la pandemia y de cómo ha cambiado mentalidades, pero hemos dejado pasar un ingrediente esencial para terminar de perfilar esta inesperada receta. Internet ha dejado una huella imposible de obviar en todo esto.
Y es que, con la red de redes de por medio, se ha propiciado una doble ventaja. Doble, por afectar a dos públicos muy diferentes. Por un lado están las empresas, que han dado el salto al panorama digital, como se ha podido comprobar fácilmente con las tiendas online y el sector del e-commerce en general. Por otro lado están los particulares, que ahora encuentran en internet cualquier respuesta, cualquier pregunta, cualquier producto, cualquier servicio.
Así, muchas tiendas online han querido pegar todavía con más fuerza haciendo grandes ofertas, y estas máquinas de coser han sido uno de sus objetivos en el punto de mira. Los compradores, ahora con más tiempo, con más ahorros y más conectados a internet, se han topado con estos aparatos que les pueden ser de gran utilidad en el día a día, sea para ahorrar, para matar el aburrimiento o incluso para generar unos ingresos extra.
Pero, ¿para qué quiero una máquina de coser?
Muchas personas han descubierto este 2020 que el sector de la moda es un mar de posibilidades y de creatividad. De hecho, esto les ha servido para empezar a ahondar en el textil y en la costura, lo que les ha dado rienda suelta para crear toda clase de prendas. Una de las principales razones por las que comprar una máquina de coser es precisamente eso, que puedes contar con un armario repleto de prendas hechas a medida, y lo que es mejor, con tus propias manos.
Para muchas personas, es también una buena oportunidad para obtener algún que otro ingreso y, quién sabe, incluso para iniciar un nuevo negocio. Las reparaciones de prendas, los arreglos y retoques, o incluso la confección de prendas para otras personas forman parte de un servicio de lo más antiguo; pero siempre abierto a recibir a más personas con ganas de crear y arreglar.
Un pasatiempo que se puede convertir en una buena forma de ahorrar dinero, de ganar en estilo y, de paso, también de ganar dinero. Cierto es que requiere tiempo, paciencia y dedicación. Pero no hace falta invertir demasiado para hacer que una máquina de coser acabe siendo rentable. En un año como este, que está trayendo tantísimos cambios a nuestra vida cotidiana, quizá uno de ellos implique reinventarse con una máquina de coser cerca.