Hay cosas que, de por sí, resultan puro milagro o, como poco, propias de la intervención de un poder muy superior como, pongamos, el de Dios. Y el caso del Beato Lolo es uno de ellos.
No hablamos aquí de lo que sufrió físicamente en vida. Eso, y su forma de enfrentarse al sufrimiento es, en sí mismo, un milagro que le dio, en vida, una reconocida fama de santidad. Pero es que lo que hace nuestro amigo Lolo a la hora de llevar a cabo una actividad, la periodística, teniendo en cuenta sus circunstancias, es cosa para tener muy en cuenta y, a más a más, para meditar.
No hablamos, tampoco, de los muchos artículos que escribió para la prensa de su época antes de quedarse ciego (los nueve últimos años de su vida fue un miembro más de la ONCE) sino de lo que hizo después, cuando la vista ya no fue un sentido, digamos, utilizable.
Esto lo decimos porque si vemos el Índice Temático de los artículos de Lolo publicados en la prensa y elaborado por Dª María Solano Altaba (en su tesis doctoral sobre Lolo periodista de título “Biografía periodística de Manuel Lozano Garrido -1920-1971. Medios, temática y recursos persuasivos”) vemos que un gran número de artículos los publicó después de quedarse ciego. Y eso, además de tener en cuenta que habría alguien que le haría de “manos” (y a quien agradecemos tal labor) no es poca cosa pensar en escribir cientos de artículos sin tener la vista como amiga inmejorable.
Pues lo mismo pasa con sus libros. Aquí ponemos la relación de estos publicados en vida y, luego, los que se han publicado con su obra:
El Sillón de Ruedas (1961)
Dios habla todos los días (1962)
Mesa redonda con Dios (1963)
Cartas con la señal de la cruz (1967)
Las golondrinas nunca saben la hora (1967)
Bienvenido, Amor (1969)
Reportajes desde la cumbre (1969)
El árbol desnudo (1970)
Ñoño (1970)
Las estrellas se ven de noche (obra póstuma) (1973)
Surtidor del alma (poemas) (1997)
41 artículos de prensa de Lolo (selección) (1999)
Cuentos en LA sostenido (2000)
Al pie de la tapia (cartas a religiosas) (2002)
Las siete vidas del hombre de la calle (obra póstuma) (2016)
Podemos decir, sin tener en cuenta los que se han publicado después de su subida al Cielo, que unos cuantos los escribió estando ciego y eso, no podemos negarlo, es algo más que extraordinario, pues una cosa es quién, al fin y al cabo, los pasó al papel y otra, muy distinta, es no caer en desesperanza después de todo lo que le había pasado y ser capaz de escribir la inmensa mayoría de su obra escrita habiendo perdido la vista porque le quedó la vista del corazón y, esa, en su caso, no falló.
Eleuterio Fernández Guzmán
