Segundo año consecutivo en que la Hermandad de la Columna y Amargura no puede realizar su salida

Segundo año consecutivo en que la Hermandad de la Columna y Amargura no puede realizar su salida

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La basílica de Santa María la Mayor  es testigo, un poco más tarde, de los azotes a Cristo atado a la Columna y la Amargura de su bendita madre. Este año la hermandad iba a volver a hacer su estación de penitencia a las 21h., para no cruzarse con otras cofradías hermanas. Tras los oficios, el interior del templo se inunda cada año de capirotes morados, e innumerables hermanos deseando acompañar a sus sagrados titulares. Una salida algo dificultosa de ambos pasos, pues el de misterio debe salir de rodillas y al de Nuestra Señora quitarle el palio para salvar el dintel de la puerta.

En la noche del Jueves Santo, la hermandad comienza su recorrido en la calle Huarte de San Juan, calle con solera y encanto del casco antiguo, donde mucha gente se agolpa para ver el discurrir de la cofradía y continuar por la estrechez del juzgado. Este año como novedad, las imágenes de los sayones estrenaban unos túnicos acordes a las vestimentas de la época, lo cual realza más la representación de este pasaje.

Tras salir de la calle Teniente Ochoa, la cofradía comienza su discurrir por el centro de la ciudad, pasando por calle Los Castillos donde hay una parada obligatoria, la casa de la Familia Rivero Zamora. En este punto siempre que la cofradía ha podido pasar por ahí, ambos pasos han realizado sus respectivas levantas dedicas a esta familia, ya que tiene otorgado el título de mayordomos de la Santísima Virgen de la Amargura.



Desde ahí, se suelen dirigir a la Corredera de San Marcos hasta llegar a una Carrera Oficial, que espera a la última cofradía en pasar. Le recibe otra cofradía hermana de Linares, y tras discurrir por este punto del itinerario, y pasar por la parroquia de San Francisco, comienza su recorrido de vuelta a casa.

Comienza quizá una de las partes mas bonitas del itinerario, la entrada en el corazón del casco antiguo, por la plaza Alfonso XII, calle Federico Ramírez, La Rosa y terminar en el Convento de las Hermanas de la Cruz ya bien entrada la madrugada. Este es uno de los puntos más importantes para dicha corporación, pues es tan grande la vinculación que existe entre las hermanitas y la hermandad, que siempre sus hermanos lo que más desean es llevarle al Señor de la Columna y a su Madre de la Amargura a sus plantas, para que ellas desde aquella misteriosa reja conventual puedan rezarle y hacerles sentir a los allí presentes estar como en el mismo cielo.

Esta hermandad porta a los pies de ambos titulares las reliquias de Santa Ángela de la Cruz. Queda la recta final, la calle Conde Romanones y de nuevo el sueño habrá terminado. El señor llega valiente y fuerte en su andar y la Señora, de forma dulce y delicada, enmarcado su rostro de dolor en telas de encaje que cariñosamente pone su vestidor Juan López y siempre acompañada del discípulo amado, San Juan Evangelista, el cual no se separó de María durante todo su dolor. El que siempre la acompaña, cogiéndole la mano bajo su palio.



De nuevo volveremos a soñar con ver al Señor de la Columna y Nuestra Señora de la Amargura, pero mientras quédate en casa y comienza a soñar con ese momento.

Redacción y fotografías: Alejandro Valderas

Recuerdos

Columna y Amargura por las calles linarenses durante el Jueves Santo

La Columna y Amargura finalizó el Jueves Santo sin Estación de Penitencia

Abajo el caperuz

La Hermandad de la Columna lucirá a su Señor recientemente restaurado el Jueves Santo

Nos dirigimos a la Basílica de Santa María y a la Casa Hermandad de la Columna en «Abajo el Caperuz»