Desde el 7 de enero once centros linarenses impartirán talleres para mayores con el objetivo de atender a personas en situación de dependencia moderada y fomentar su autonomía personal
En el día de hoy se han iniciado los talleres para personas mayores enmarcados en el Programa de Envejecimiento Activo del Ayuntamiento de Linares que, debido entre otras causas, a falta de recursos económicos, quedaron paralizados hasta el nuevo año.
Estos talleres pretenden favorecer la promoción de la autonomía personal, además de atender a personas en situación de dependencia moderada (Grado I) y constan de tres modalidades como la terapia ocupacional, la estimulación cognitiva y la promoción, mantenimiento y recuperación de la autonomía funcional.
Los espacios municipales son los grandes beneficiarios. Así, el Centro Social Polivalente «Paqui Rojas» presenta una actividad total de catorce talleres, seguido del Centro Social Polivalente «Arrayanes» con seis. Del mismo modo, estos talleres también son impartidos en cuatro residencias para personas mayores, dos asociaciones de carácter sanitario, una asociación vecinal, una asociación de jubilados y el centro de participación activa (CPA Linares).
La concejala responsable del área, Myriam Martínez, ha querido destacar el cumplimiento de su palabra, pues «ya en octubre se indicó que los talleres volverían en enero y así ha sido». También ha querido destacar que «ya estamos organizando las siguientes actividades, como la del Día de Andalucía y otras nuevas que queremos incorporar de índole intergeneracional».
La edil de Bienestar Social, indicó en anteriores comparecencias que “los talleres de mayores se aplazaron, entre otros motivos por la nefasta gestión realizada con los mismos, ya que se estaban financiando desde 2016 con dinero de partidas destinadas a familias en riesgo de exclusión social.
Estos talleres contarán con una mayor dotación económica en el Presupuesto de 2020 con la finalidad de romper con la dinámica con la que, el anterior gobierno, desde 2016, sostenía el servicio utilizando para dichos talleres recursos que iban destinados a las familias en riesgo de exclusión social de la ciudad, lo que en palabras de Martínez Arellano supone “una gestión irresponsable de un asunto tan delicado para muchas familias”.