La tarde concluyó con tres orejas para Manzanares, dos para Aguado y una para Morante de la Puebla
La plaza estaba casi llena a la hora del comienzo, las siete y media de la tarde. Todo preparado para el último de las dos corridas de toros que han tenido lugar durante esta Feria de San Agustín. Morante de la Puebla, José María Manzanares y Pablo Aguado lucían ya su capote de paseo por el ruedo, acompañados de la música de la Agrupación Musical Maestro Alfredo Martos.
Comenzaba mal la tarde, ya que el primer toro provocó el fracaso de Morante. Este salió tranquilo pero se tornó peligroso e imprevisible. De la Puebla quiso clavar el estoque rápido pero la caída del toro se retrasó y después de los tres avisos este fue trasladado al corralillo, sin ninguna recompensa por parte de la presidencia y con el descontento del público, por el largo rato que el toro estuvo en el ruedo tras la estocada, sin respuesta del matador. Con el segundo toro le fue algo mejor y logró cortar su única oreja en la tarde
Sin embargo, Manzanares tuvo una gran tarde. En su primer toro logró dos orejas, aunque este en principio estuviera algo inquieto, tirando al picador del caballo, que quedó boca arriba ante el toro. Aun así le dio juego después, pudiendo rematar la faena correctamente. En el segundo toro fue mas breve y se entretuvo más en la recta final, aunque toreando lo justo para conseguir su tercera oreja en la tarde del jueves.
Pablo Aguado sorprendió y se esforzó en dar un buen espectáculo. Tuvo suerte y ambos toros le dieron el juego suficiente para realizar un buen trabajo. Sin embargo, solo cortó dos orejas con el primero. Salió acompañado de Manzanares a hombros por la puerta grande de la plaza linarense.
