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Sebastián Martínez hace una reflexión en torno al 14S: reivindicaciones, banderas y ciudadanía

 

La ciudadanía de Linares está convocada para el 14 de septiembre por una plataforma no partidista, Todos a una por Linares, a una manifestación por el futuro de la ciudad. Este hecho sin precedentes, motivado por la grave situación de crisis que atraviesa Linares, ha sido saludado por la mayoría social  y apoyado por la mayor parte de colectivos de la ciudad, incluidos casi todos los partidos políticos. Sin embargo, en medios de comunicación y redes sociales el debate sobre la convocatoria, el fondo y la forma de esta movilización no ha estado exento de polémica. Sirvan estas palabras como reflexión en torno a algunos puntos de esa polémica.

Para empezar es cierto que la convocatoria es poco concreta y se limita a reivindicar un futuro para Linares, sin más. Esto ha sido criticado por algunas voces locales, aunque desde mi punto de vista no tiene por qué ser un defecto. Nos sabemos de memoria los proyectos prometidos (incluso firmados) por las administraciones y nunca acometidos por las mismas. Nos sabemos de memoria que el futuro de Linares pasa por el cumplimiento de los compromisos empezando por el aprobado Plan Industrial para la comarca. ¿Es que eso no lo saben de sobra la Junta de Andalucía y el Gobierno de España? Lo que sin duda puede escenificar la manifestación del día 14 es el hartazgo de los y las linarenses ante el abandono a que ha sido sometida la ciudad en los últimos tiempos. Como expresé en la reunión con los miembros de la plataforma, me conformaría con que este toque de atención que supondrá la manifestación sirviera para recuperar el mencionado Plan Industrial.  Porque si de verdad se visualiza ese hartazgo y cala en los Gobiernos responsables, sabrán de sobra por dónde empezar.

Otro aspecto controvertido ha sido el de qué o quiénes estaban “detrás” de la plataforma. Me parece que en este punto la desmesura ha vuelto a adueñarse del debate en las redes sociales por uno y otro lado. Mientras unos trataban de desprestigiar la convocatoria por no ser de “izquierdas”, otros aprovechaban la ocasión para arremeter contra los políticos en general y casi alentar al linchamiento mezclando su absoluta ignorancia con un resentimiento y e incitación al odio que raya con el fascismo. Personalmente pienso que la plataforma no tiene nada que ver con esto. Y que si ha pecado de algo es de ingenuidad, lo cual tampoco tiene por qué ser malo. Y que se me entienda bien porque, al menos las personas de la plataforma con las que he tratado directamente eran gente muy formada y no son responsables de las salidas de tono referidas. Además la reflexión en este punto debería ser: ¿por qué un grupo de profesionales y trabajadores de distintas adscripciones ideológicas no iban a poder alentar una movilización independientemente de partidos y sindicatos? A veces los representantes políticos pecamos de soberbia y acabamos nosotros mismos promoviendo la distancia entre las instituciones y la ciudadanía. Como cargo municipal, y sin eludir la responsabilidad que se deba atribuir al Ayuntamiento, agradezco que, tal y como se transmitió por parte de la Plataforma, la manifestación también se conciba con la idea de dar un aval a la Corporación para la reivindicación ante los Gobiernos andaluz y español.

Otra dimensión tiene la polémica de las banderas. Por lo que yo conozco, la plataforma invitó (sugirió, solicitó) a los partidos políticos y organizaciones sindicales a que no portaran sus símbolos. Hablar de prohibición estaría fuera de lugar. Sería anticonstitucional tratar de impedir las banderas. Pero tal y como lo he entendido, se trataba de una apelación a la generosidad de los partidos y una petición de dejar ese día la bandera en la sede de manera que todo el mundo se sintiera cómodo, incluso personas que nunca han ido a una manifestación. Soy consciente de que se trata de una decisión difícil y que incluso puede haber gente que se sienta extraña por no poder portar su bandera en la movilización. Pero no es tan duro ceder por un día para demostrar la unidad en una movilización cívica. En cualquier caso, ceder hubiera sido mejor que volver a certificar la  intransigencia y el sectarismo de una parte de la “izquierda” de esta ciudad. Esa parte que consideran que sólo son de izquierdas quienes piensan como ellos. Que sólo ellos tienen la auténtica solución a los problemas. Que poseen la única interpretación correcta de la realidad política y social y desprecian a todos aquellos que no asumen su catecismo. Que se burlan de los llamados movimientos ciudadanos porque para ellos la realidad es lucha de clases y sólo lucha de clases. Afortunadamente en nuestros días esta clase de personas (no hablo de siglas) al máximo nivel de represión al que pueden llegar es a expulsar de su organización a quienes no les bailan el agua. En otros tiempos tenían el gulag.

Soy una persona de izquierdas que no cree que hay que ser de izquierdas antes que ciudadano, ni a la inversa. Lo primero acaba llevando a la imposición de la ideología propia sobre los derechos ciudadanos, suspendidos en pro de “la verdad”. Tenemos demasiados ejemplos históricos (obviamente también en la derecha). Lo segundo termina en una política vacía y sin puntos de referencia para afrontar la realidad diaria, por más que dichos puntos puedan ser revisables.

Espero y deseo que la manifestación sea un éxito para que Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno de España sepan (sepamos) que Linares está unido por su futuro y sientan la presión de todo un pueblo. La vida real está, también, llena de historias de hombres y mujeres con distintos pensamientos e ideologías capaces de luchar unidos por un objetivo justo. Eso es lo que toca hoy en Linares. Lo demás es boato, sectarismo y reclamo de un trozo del pastel.

Sebastián Martínez Solás

Concejal no adscrito del Ayuntamiento de Linares

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