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Seguridad en las minas

image_content_11974009_20160111093535El colectivo Proyecto Arrayanes realiza un intenso trabajo colaborativo con la Junta de Andalucía en materia de seguridad, con respecto a los vestigios que integran el histórico distrito minero de Linares-La Carolina. La asociación se encuentra inmersa, de lleno, en la realización de una especie de inventario que recoja aquellos “puntos peligrosos” de la zona donde es preciso actuar, “con carácter prioritario y de urgencia”, para evitar problemas. Hasta el momento “Proyecto Arrayanes” ha logrado cuantificar más de ochenta intervenciones necesarias por todo el distrito, de las que darán cuenta a la administración andaluza para proceder a su intervención.

“Estudiamos zonas de varios municipios que conforman el distrito Linares-La Carolina. No nos centramos en un sitio concreto, sino que hay varios lugares afectados. De momento hemos determinado que hay más de ochenta donde hay que hacer, al menos, alguna actuación, aunque eso ya depende de la Junta, pues es la encargada de dictaminar cómo actuar”, señaló Antonio Ángel Pérez, uno de los miembros del colectivo Proyecto Arrayanes.

Pérez considera que cualquier labor minera es peligrosa, aunque lo “inminente” se encuentra en aquellos puntos más cercanos a caminos y senderos de tránsito común por parte de las personas que circulan en torno a los vestigios mineros. “Ahí es donde, digamos, se le dará la mayor prioridad. Por poner un ejemplo, hay una zona que está entre las minas del Cristo del Valle y el Calvario, junto a un bosque de eucaliptos, donde hallamos diecisiete puntos peligrosos cuya protección es necesaria para evitar una desgracia”, detalló Antonio Ángel Pérez.

El riesgo de accidente que presentan algunas áreas del distrito minero radica en la existencia de antiguos pozos que, pese al paso del tiempo, aún no están cubiertos, además de hundimientos. Tales desniveles en el terreno son de pequeño tamaño, y en muchos casos están ocultos o resultan poco visibles, de ahí que puedan convertirse en auténticas trampas para ciclistas y viandantes.

“Hemos propuesto cerramientos y otras medidas de seguridad, pero no para tapar los pozos totalmente, sino alternativas eficaces que protejan y, a la vez, no afecten a las condiciones internas de la propia mina. Se trata de no perjudicar el pozo, e incluso de procurar devolverle parte de su identidad. Es decir, que los arreglos no sean un parche en el paisaje minero”, indicó Pérez.

Las labores de “Proyecto Arrayanes” —cuyo fin consiste en informar a la Junta de Andalucía sobre la situación real del distrito linarense— se basan en la catalogación exacta de los vestigios a través de la aportación de coordenadas, mediciones y fotografías. En definitiva lo que busca la entidad linarense es contar con la información más completa y exhaustiva acerca de esta zona, que atesora una importante historia. Juan José García Solano. JAEN.


 

Una inversión importante de la Junta de Andalucía
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La Junta de Andalucía informó, recientemente, de la realización de una serie de intervenciones de restauración y seguridad de labores mineras abandonadas, llevadas a en el entorno del Pozo de San Vicente de Linares, en el paraje Rincón del Pescador. Así lo detallaba, en su última visita a la ciudad, el delegado territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio de la Torre, quien señaló que la inversión pública efectuada se cifra en 23.910 euros. Con tal intervención autonómica se procedió a dotar de mayor seguridad al Pozo San Esteban y otro auxiliar, donde se colocó una rejilla para evitar la caída de personas. Además, se ejecutó el recrecimiento del brocal para que no haya hundimientos.